Para mí el trabajo grupal implica vincular historias, tejer relaciones, crear posibilidades
para que cada persona tenga voz y espacio para expresarse, para poder conocer y reconocer en relación al otro, a los otros.
Creo en el grupo como un lugar de conocimiento, de introspección, de contención, de acogida, de apoderamiento, de creatividad, de relación, de adaptación, de tolerancia, de libertad.
Y siento que es aquí donde germina la verdadera transformación individual y social: porque en un grupo, en un pequeño espacio de confianza entre iguales, se puede cambiar la manera de vivir y de entender el mundo.